domingo, 18 de enero de 2009

Aunque no me lo creas

La petulancia de tu ser, tus ganas de ser más y de tratarme de menos. Tu constante auscultación y mis vaticinios erróneos. Lo embotada que me pone tu esterosa forma de verme. Y la forma en que pronuncias fianceé, como para evitar que se me olvide que eres de otra. Pero al fin yo sé que ere eres más mio que tuyo.
Llévame a una rosaleda, hazme una guirnalda de pensamientos, súbeme a una nube y lléname los oídos de hipérboles.
El quorúm logró decidir que es mejor olvidarte y buscar un nuevo nido, pero las ganas de tu sonrisa y tu jerigonza intencional lograron vencer al cúmulo de votantes en tu contra.
Y esque, aunque no me lo creas, quiero creerte, y me invento un millón de maravillas, dulces y crujientes, embarrables en pan. Qué porque las penas con pan son buenas. Me invento de esas golosinas deliciosamente dañinas. De esas que se antojan cuando uno ayuna, o no puede comer porque le duele la muela. Ahora que lo pienso, tengo ganas de ti. De empanizarte de palabras, y comerte de poquito en poquito, como en hambruna.

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